La comodidad y sus contradicciones
Como casi todas las parejas, con J empezamos a construir nuestro imperio desde abajo y con trabajo. Fuimos paso a paso, y para comprar este lugar donde ahora vivimos tuvimos que dar un salto, que implicó la venta de nuestro auto. Ese era "el" auto. El día que lo dejamos en el concesionario, parecía que estabamos abandonando a un niño...A partir de ese momento, la alegría de la casa nueva opacó la vuelta al colectivo/subte/tren/remis. Pero, en cuanto nos acostumbramos al logro como cualquier otro ser humano ambicioso (no en el sentido desmedido, eh), echamos muchísimo de menos esa comodidad. Creo que sin reconocerlo adelante del otro, los dos pensabamos que era mejor el sueño del auto propio y no el de la casa propia, preguntandonos si no habíamos tomado la decisión equivocada...
El tiempo pasó, y con auto prestado (grande mi suegro!!), empezamos nuevamente a juntar pesito por pesito. Asi llegó el muleto. A mi me gustaba, a J para nada, pero era lo que había.
En marzo de este año, entre varios trabajos que venian con pagos atrasados, plata que nos debían y nuestros ahorros, decidimos romper el chanchito y pasar al 0 km. Por primera vez!!!!!
Ay que lindo! Este si, este no, este es chico, este es demasiado... Finalmente un auto para toda la familia, de esos grandecitos sin llegar a la 4x4. Buenisimo, que emoción!!!
Le tomamos tan rápido el gustito al olor a nuevo, que invertimos en otro negoción. Otro 0 km., pequeñisimo esta vez, a medias con mi mamá, que también le tenía ganas. Acuerdo de uso mediante, le dimos para adelante.
Así, comenzamos a ser los reyes de la comodidad. Cada uno su auto, ni un paso más ni para el kiosko. Monedas para el colectivo?? Y eso, que era??
Parecía que esa situación ideal no tendría fin, hasta ese dia que:
Pum! Ring, ring.... Hola, Maria de lejos, tu hermano chocó el auto!!
Qué? Como? Cuando? Donde?... Más allá de los entredichos familiares luego solucionados, chau auto. Mínimo 1 mes en el taller.
Consuelo. Bueno, nadie salió lastimado. Tenemos mientras tanto el otro.
Hasta que otra vez: Ring, ring (esta vez el ring del celular): Maria de lejos, donde estás? -Acá, en el bowling con los chicos (Palermo). -El auto? -Afuera, acá no hay un puto estacionamiento. -Bueno, corre a buscar uno porque acá (zona norte) está lloviendo y caen piedras!! Sin tiempo. Cuando paró y lo fui a ver... Ay!!! Parabrisas roto, mal. El bollo más chico es del tamaño de una pelota de golf. Hay 50. Presupuesto para arreglarlo, más caro que el choque de mi hermano (del que se hizo cargo, meritorio).
Por último, cuando superamos todos esos traumas... al chiquito que estaba como nuevo otra vez, le robaron el stereo (de esos supuestamente antirrobo que viene pegado a todo).
Conclusión: No sé...
Interrogante: Tan cara es la comodidad??
3 Comments:
Es cierto que somos los hermanos Macana...
No se porque, pero las desgracias nunca vienen de a una...
Por otro lado, que bueno que se blanqueo la hermandad!!
Guchi+Alex: Lo bueno de que vengan todas juntas, es que generalmente se van de la misma manera. Saludos, y me gusta tu blog!! :-)
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