Wednesday, October 24, 2007

Allá lejos y hace tiempo

Tengo que estudiar para mis examenes finales de la especialidad, y después de tantos años no tengo la misma fuerza interior. Ahora encuentro siempre algo más importante que sentarme a estudiar. Antes no podía hacerlo en otro lugar que no fuera el ambiente adecuado: una habitación/living de la casa de turno que se convertía en una trinchera llena de libros, apuntes, cuadernos, cuadros sinópticos pegados en todas las paredes. Eramos 4. 2 y 2. L y JM novios desde primer año. P y yo amigos. Y amigos entre todos. Rotábamos de casa en casa, aunque JM nunca puso su casa. No se cual seria realmente el motivo... según decía no teníamos lugar "seguro": el living era paso para todos y la habitación la compartía con su hermano mayor y amargo. La cuestión es que durante años soñé con esa situación: mesa, pilas de hojas y libros, cenicero, mate, café, caramelos, y horas y horas con el culo ahí pegado. A medida que fue pasando el tiempo nos agilizamos, cada uno adquirió su función indispensable en el grupo, y nos pusimos detallistas. No podíamos ir a rendir sin haberlo estudiado todo. La rutina era la siguiente: cronograma del cuatrimestre en mano y ya determinábamos los días de reunión. Por supuesto que incluían sábado y domingo. Las noches de los viernes y sábados eran fundamentales porque se podían aprovechar hasta bien entrada la madrugada. A esas fechas se llegaba con todo el material listo. Esto consistía en conseguir el programa de la materia y revisar palabra por palabra. Chequear lo anotado en clase, y luego, con la lista de bibliografía, sacar fotocopias y leer todo para completar el apunte. Viciosos. Lo mejor era cuando encontrabas un bocado magistral!! (los más jugosos estaban siempre en las epígrafes, o en las notas diminutas del pie de página) Y ahí empezábamos. Primer paso: leer todo para ir entrando en tema. Leía en voz alta el que mas cansado estaba, para no dispersarse en el mas allá. Después, tema por tema venia la etapa de fijación. Y esa no avanzaba hasta que los 4 nos sintiéramos entendidos. Salvo en muy pocas ocasiones, el tiempo nos alcanzaba para dejar el último día y medio de repaso. Y así aceitados salíamos a la pista. Desde que empezamos juntos en segundo año, nunca fallamos.
Ojo, igual eramos de esos que compartíamos toodo lo que habíamos conseguido y no fanfarroneábamos con lo estudiado. Digamos que aplicados pero solidarios. No generabamos antipatia. Al contrario.
El tema es que ese mecanismo termino felizmente para nosotros al recibirnos. Y digo felizmente porque a pesar de que la pasábamos muy bien, al final ya estábamos agotados de quemarnos las pestañas. L y JM están casados y P se volvió al sur. L va conmigo al curso, y tratamos de juntarnos, pero no es lo mismo. No estamos todos, no tenemos el mismo tiempo, y no tenemos las mismas ganas: cada una tiene una VIDA más allá de los libros, de la que, por lo menos yo, disfruto muchisimo más.

Bueno, igual tengo que rendir, así que mejor que me deje de rememorar y me siente a leer un buen rato. De todo eso lo único que conservo es la mentalidad de ir a rendir habiendo estudiado TODO. A esta altura casi un imposible, jaja.

1 Comments:

At 10:52 AM, Anonymous Anonymous said...

Exitos, doctora!

 

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